jueves, 27 de febrero de 2014

¿QUÉ HA PASADO?

Decir que hace 50 años la vida y la forma de las ciudades e incluso la de los pueblos, era totalmente diferente a la de hoy en día. Esto se debe a la modernización que se ha dado, aunque principalmente en las grandes ciudades el crecimiento está siendo ineficaz tanto a nivel social, medioambiental, simbólico y económico.
Un ejemplo claro de cómo han cambiado, lo podemos ver cuando hacemos uso de un espacio público, y en todo momento, nuestros comportamientos, actitudes, etc., están controlados debido a que hay cámaras de vigilancia, o incluso, cuando hay una fuerte presencia policial.
                                    


Por otro lado, en las grandes ciudades, existe un fuerte desconocimiento de las personas que tienen a su alrededor, y realmente puede o genera miedo. Esto se puede ver como un inconveniente (no tener la posibilidad de mantener relación con todo el mundo, y por tanto, solo se socializan con los que se encuentran a su alrededor o en su entorno) o como una ventaja (poca gente  conoce cosas del resto, a no ser que esa propia persona decida contárselo, bien porque mantenga una amistad, sea un conocido…).
Aunque en los pueblos, esto no ocurre, ya que todos se conocen, y tarde o temprano, se terminan enterando de lo que les ocurre a los demás, es decir, en cada esquina encuentran a un amigo, conocido, familiar con el que se paran a conversar.
Por tanto, el uso de los espacios públicos, bien sea en las grandes ciudades o en los pueblos pequeños, es muy importante, debido a que en ellos, las personas pueden compartir su tiempo y su pensamiento.
Como por ejemplo, en las grandes ciudades, las personas pueden socializarse entre ellas, es decir, mantener cierta relación en los teatros, las óperas, o incluso en cualquier parque que haya en esa ciudad, y en los pueblos, se pueden socializar cuando hacen uso de la casa de la cultura del pueblo, bien para representar alguna obra teatral o bien cuando hacen uso de esta desempeñando cualquier otra función, o incluso en la biblioteca pública, en la cual, los jóvenes y no tan jóvenes se reúnen o encuentran.
Es muy importante, tener en cuenta la experiencia cotidiana y las necesidades de las personas, tanto en las grandes ciudades como en los pueblos, puesto que se debe conocer en todo momento que necesitan y que demandan las personas, para a partir de ahí poder trabajar, solventado o cubriendo sus necesidades, puesto que en ninguno de los lugares se tiene en cuenta, ya que como critica Jane Jacobs, nos encontramos en un modelo tradicional en el que todo se crea desde arriba sin tener en cuenta las diferentes realidades que vive la población, reprimiendo la vida de las personas puesto que en todo momento las actividades que realizan, están pautadas diciendo dónde y cuándo se deben llevar a cabo cada una de ellas. Y realmente en los momentos en los que nos encontramos, las personas están totalmente capacitadas para decidir qué tipo de espacio urbano quieren y necesitan, debido a que son visibles, aunque se les trate como todo lo contrario ya que no se los tiene en cuenta a la hora de tomar decisiones.

Jacobs, Jane. (2011): Muerte y vida de las grandes ciudades. Madrid, Editorial Capitán Swing


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