Recordando diversos temas tratados en clase como pudieron ser los relacionados con los espacios públicos, el sentido de pertenencia a un pueblo o ciudad, el tejido asociativo, etc., decimos compartir una experiencia cultural llevada a cabo en Barranquilla, ciudad colombiana, concretamente en Barrio Abajo; Se trata de una experiencia cultural que cimienta su construcción conceptual en aportes que provienen del interaccionismo simbólico y mediación cultural. La experiencia recibió el nombre de Café artístico al aire libre, y se convirtió en una apuesta para la convivencia y la inclusión social.
Se planteaba la necesidad de crear enlaces sensibles y armónicos entre la gente y sus entornos. La ejecución y desarrollo de esta experiencia fue un fundamento para cuestionar y re- preguntarse por los espacios públicos y los usos que los damos; (¿En la calle pública tiene prioridad el automóvil, la ciudadana, el ciudadano o los peatones?)
Pensar esta experiencia cultural es oportuno; porque reivindica el derecho que tienen mujeres hombres de estar en la calle. El producto de todo este proceso que suele llevarse a cabo por momentos, es una intervención artística colectiva que da origen a piezas visuales como la pintura, fotografía y lo audiovisual.
El Café Artístico al Aire Libre tiene su origen anualmente en Barranquilla, la cual se caracteriza por poseer una economía industrial y portuaria. En sus inicios todo este territorio metropolitano se dividía en dos: Barrio Arriba y Barrio Abajo del Rio
Durante el pasado y en la actualidad el Barrio Abajo y sus sitios aledaños son importantes porque en el pasado fueron un escenario influyente para la economía del país, desarrollo del transporte fluvial, industrial y mercantil. Esta legitimidad histórica del contexto urbano es un referente de escenificación para la intervención cultural; su objeto institucional es promover otras formas de convivencia y tolerancia a través de las artes, anima a las personas- mujeres, hombres, niñas y niños a sentir como propio un imaginario urbano a partir del goce de la "otredad" para la interiorización de una ciudad sensible y humana
La realización anual de este proyecto cultural surge como una necesidad para narrar desde el arte y la mediación a una ciudad teniendo como epicentro un barrio. Este espacio de la ciudad tiene como característica esencial a las diversas relaciones comunicativas, humanas que son de tipo formal e informal que involucran actos simbólicos que tienen incidencia en el desarrollo de las relaciones humanas y la convivencia.
Es característico observar relaciones que son de cercanía vital; las cuales tienen su origen en la vecindad y en rituales que se hilan con el desarrollo de actos basados en la convivencia social; por ejemplo, en las noches la gente conversa en la puerta de sus casas o establece un estilo de comunicación horizontal a través de la esquina de una calle que se manifiesta en una conversación y se establece como un ejercicio comunicativo de tipo popular que surge espontáneamente.
En el contexto simbólico de la experiencia, la esquina como sitio o lugar de una ciudad va más allá del sentido que se le otorga convencionalmente. En la planeación urbana y óptica funcional suele ser representada como un espacio geométrico, sin embargo, en el contenido de toda la intervención se concibe como una perspectiva metafórica de la ciudad, es decir, se le otorga el significado de ser un lugar para el encuentro; donde nacen expresiones de oposición, conflictivas, convergentes y divergentes.
Reconocer las esquinas en el mapa social de una ciudad es importante porque son éstas las que permiten desde un lenguaje urbano, la fluidez del habla de quienes se convocan en este lugar localizado en cualquier planimetría. Generalmente Barranquilla es una ciudad que tiene abundantes esquinas en los una corta distancia de longitud y extensión.
La experiencia cultural pretende inquirir sobre los fundamentos del sentido de pertenencia hacia el espacio público, pero desde la otredad; porque en efecto es importante que se experimente lo que es de todos por derecho en aquello que es abierto, no tiene barreras ni códigos normativos que inmovilizan la creatividad del peatón o terminan en lógicas de exclusión.
El café toma la calle pública para afirmar la presencia ciudadana y de esa manera trascender a la promoción de derechos culturales.
Solo la realización del Café Artístico al Aire Libre hace que la calle tome las características de un laboratorio participativo bajo un enfoque que se define en lo humanístico que sirve para encontrar e ir en búsqueda de la otredad; donde la prioridad se establece en la necesidad de encontrar comportamientos que inspiren la convivencia, inclusión, tolerancia; fomento de valores ciudadanos y permitir las posibilidades para edificar ambientes públicos; donde exista la comunicación, el desarrollo cultural y el disfrute consciente de las manifestaciones artísticas que son concebidas colectivamente sin ningún tipo de sesgos o prevenciones. Algunas de las actividades planteadas en este proyecto y que se realizan son:
- Pintado en las esquinas del barrio abajo: Es una intervención artística y urbana que se realiza en las esquinas que conforman las calles del entorno. En este ejercicio de mediación cultural, los artistas plásticos, pintores, acuarelistas y retratistas dibujan a cielos abiertos elementos de vida cotidiana, arquitectura e historia.
- Rally fotográfico en el Barrio Abajo: El Rally es una actividad pensada e incluida en la agenda local de la ciudad que consiste en una convocatoria institucional de fotógrafos para pasear las calles del Barrio Abajo y obtener imágenes sobre la arquitectura, gente y vida cotidiana
A través de la propuesta institucional- Café Artístico al Aire Libre - todo sucede en el espacio público. Las manifestaciones se hacen visibles en la calle. Hipotéticamente puede deducirse que la movilización de públicos alrededor del momento central sucede por:
- La cercanía o proximidad libre de un espacio público con la ciudadanía y desde luego toda la informalidad que sucede durante la realización de la experiencia; la cual se origina sin ningún tipo de prevenciones o rigores.
- Los lenguajes que se establecen como códigos artísticos alrededor de la experiencia, permiten ver el lado humano de la calle que se cierra para sólo permitir el acceso de las motivaciones, signos y libertades de la gente.
- Es una experiencia cultural que suele centrarse en ser diferente y alternativa frente a lo que asiduamente se promueve en el espacio público de la ciudad que generalmente apela a la exclusión. En el café artístico se socializan lenguajes para la libertad e inclusión.
Finalmente, y teniendo en cuenta nuestra labor como educadores/as sociales, hemos de saber que la ejecución de este tipo de experiencias otorgan a la mediación y animación cultural la relevancia que las estrategias de intervención ameritan; cuando solo a través de sus usos se comprueba que existe un des- andamiaje temporal de tensiones.
Suele suceder en lo cotidiano que este tipo de inmovilidades, son un factor negativo que restringen y reducen la opción libertaria de ser creativos en la calle o simplemente no permiten que mujeres y hombres en el pleno ejercicio de sus derechos e identidades de género, puedan desde sus ciudadanías hacer conexiones simbólicas o tener diálogos propositivos de inherencia activa entre el arte, sus creadores, sus obras y el espacio público; donde se obtiene como resultado una articulación e intervención colectiva y artística para la transformación social.
Delgado Fadir; Altamar, Luís; Delgado Faleimy ; (2013); Café artístico al aire libre: Una experiencia cultural de libertad para mediar simbólicamente.; en http://quadernsanimacio.net; nº 18, julio de 2013; ISSN: 1698-4404
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